DÉJATE AYUDAR
En rutinarios días, se pasa cada
segundo de mi vida últimamente… Cada acción y palabra, pareciera vacía entre la
multitud o entre una persona que veo a diario… Hablar repetidamente de lo mismo
y a cada rato, ya no parece divertido ni productivo… Me preguntaba ¿cuál es el sentido de todo, si no veo frutos de lo que
hago? entonces, en una larga y productiva
conversación sostenida hace unos días con un caballero muy inteligente al que le gustaría en algún momento, ser espiritual; recordaba que en aquellos diminutos
momentos donde he podido ayudar a alguien a hacer cualquier cosa, (bien sea un
consejo o apoyar en alguna toma de decisiones) llenaba mi vida de alguna
satisfacción.
Inevitablemente, por ser una de mis
pasiones, contribuir a la restauración de la identidad femenina, pensaba en aquellas mujeres, de más o menos mi
edad, ahogadas en la soledad o en búsqueda equívoca de algún sentido para sus
vidas en los brazos de un mortal… y añoraba este blog que había dejado de
escribir, y me decía…. ¿Por qué no retormarlo? ¿Por qué no permitir que algunas personas
lean lo que Dios pone en mi mente y corazón?; para que de alguna manera puedan ir alimentándose y descubrir que el
sentido de sus vidas es Dios, y que esto se traduce en ayudar a otros…
Sin embargo, muy bien he aprendido que
no se puede dar lo que no se tiene, y para ayudar, primero tuviste que recibir ese
favor… Si creciste con muy poco de esto, necesariamente debes recibir la ayuda
de Cristo; si creciste siendo egoísta, creyendo que todo es tuyo, debes
entender que todo le pertenece a Dios y que lo que te da, es para que lo
administres muy bien y puedas ayudar a aquellos que tienen menos
posibilidades… En fin, el punto es que Dios me envolvió en su amor en aquellos
momentos donde buscaba el sentido para mi vida en lo que un hombre (“novio”)
pudiera decirme con sus palabras, buscaba la afirmación y aprobación que nunca
llegué a obtener, y eso es de lo que quiero escribirte…
Si a tu alrededor hay alguna persona
tocando las puertas de tu corazón (para que compartas aquellas tristezas que no
quieres demostrar) y colocando sus oídos para escucharte, déjate ayudar… Porque
cuando alguien llegó a mi vida (amistades saludables) a querer ayudarme, cerré el
mío durante mucho tiempo y retrasé muchas bendiciones que hoy en día tengo; de
hecho, creo que algunas las perdí.
Hasta aquí deseo que sepas y te quedes
con una frase, sería natural que fuera una acción voluntaria… la palabra mágica
que deseo que practiques por siempre VULNERABILIDAD porque somos las mujeres el
sentido de ternura de este planeta, y mostrarnos fuertes sobre las cosas
oscuras que nos suceden, nos hace ver inflexibles ante los ojos del mundo, y le
quita a nuestra tez la belleza que tiene. La dureza y rudeza de querer
demostrar que las tormentas no nos provocan alguna tristeza, son el demoledor
de nuestro espíritu que invita a la vida, la sensibilidad, y ternura…. Abre tu
corazón con quien desee darte una palabra de aliento… No te escondas… Hay
alguien queriendo ayudarte.